Cada 20 de noviembre se celebra el Día de la Soberanía Nacional en conmemoración a la batalla de la Vuelta de Obligado, en 1845, que marcó un hito en nuestra historia.
La fecha fue propuesta -junto con la repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas– por el historiador José María Rosas en 1974 y aprobada por el Congreso de la Nación Argentina.
En 2010, año del Bicentenario de Argentina, la fecha fue promovida a feriado nacional a través de una Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Ese día de 1845, soldados argentinos defendieron el territorio de la Confederación Argentina ante las invasiones de las flotas inglesas y francesas repeliendo una invasión que pretendía colonizar los territorios de nuestro país. En aquella oportunidad el Gobierno de Juan Manuel de Rosas, respaldado desde el exilio por el general José de San Martín, preparó una resistencia que le hizo frente a los invasores.
Las tropas nacionales, al mando de Lucio Mansilla, se anticiparon a las fuerzas invasoras que buscaban ingresar por el Paraná, ubicándose en un estrecho recodo de ese río: la Vuelta de Obligado, en el distrito bonaerense de San Pedro, a casi 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, donde el Río Paraná se angosta y se hace una curva con forma de “s” que dificulta la navegación.
A pesar de ser minoritarias, en relación al número de fuerzas enemigas que la superaban en cantidad y modernidad de su armamento, las tropas argentinas les impidieron a las enemigas ocupar las costas y adentrarse en el territorio argentino.
Felipe Pigna explicó en su sitio oficial la estrategia de defensa que aplicó Rosas en aquella oportunidad, “Tres enormes cadenas atravesaban el imponente Paraná de costa a costa sostenidas en 24 barquitos, diez de ellos cargados de explosivos”. El historiador agregó que “detrás de todo el dispositivo, esperaba heroicamente a la flota más poderosa del mundo una goleta nacional”. De esa manera se buscaba demorar al contrincante, además de dañar sus embarcaciones.
El objetivo anglo francés era navegar con libertad por el Río de la Plata y sus afluentes, con fines comerciales para establecer vínculos con provincias opositoras a la figura de Rosas, como era el caso de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes.
Una verdadera acción de resistencia que sirvió de defensa del país en términos de fronteras y comerciales, y que también se considera una defensa a la producción nacional que evitó que se colocaran en el mercado los productos extranjeros.
La Vuelta de Obligado ratificó y garantizó la soberanía nacional, y tras la firma de un tratado de paz entre Argentina, Francia y Gran Bretaña, se consolidó como un símbolo de independencia, libertad y unidad nacional.