Me animo a escribir algunos comentarios del discurso del Presidente sobre el tema salud, en negritas “encomillado” están algunos textuales del discurso del presidente Javier Milei, de espaldas al Congreso.*
“En materia de salud, el sistema se encuentra completamente colapsado, los hospitales están destruidos, los médicos cobran miserias y los argentinos no tienen acceso a salud básica” (Javier Milei)
El sistema de salud argentino de ninguna manera puede ser descripto de esa manera. Tenemos un sistema fraccionado y segmentado, entre el subsistema público financiado por rentas generales, que a su vez tiene efectores nacionales, provinciales y municipales, el subsistema de la seguridad social, financiado por aportes y contribuciones, dividido además en OOSS nacionales (300) , provinciales (24) y el PAMI, y el subsistema privado, financiado por gastos de bolsillo, las prepagas (200).
El sistema de salud Argentino invierte 7.1 puntos del PBI en salud pública y 3,7 puntos del PBI en gasto de bolsillo, es decir un total de 10,8 puntos de PBI para salud. Es un valor bueno de inversión. Sin embargo para un sector muy dependiente de la tecnología internacional, el valor de la inversión en salud en dólares per cápita es muy inferior al de los países del primer mundo.
En el año 2022 mientras en Argentina este valor era de 959 dólares per cápita , en Inglaterra era de 3064 dólares per cápita, en España 2124 dólares per cápita, Uruguay 1127 dólares per cápita y en EEUU de 10644 dólares per cápita . El gasto en tecnología médica, sobre todo medicamentos, en general dolarizado presenta un aumento bien por arriba de la inflación. Eso ha generado que la inversión destinada al pago de honorarios médicos y salarios del personal, se resientan.
El sistema privado requiere una reforma tributaria, que alivie la presión fiscal y permita la salida de la Emergencia sanitaria.
Sin embargo el sistema lejos esta de colapsar, los resultados sanitarios, son elocuentes en ese sentido. La tasa de mortalidad infantil, indicador muy claro de la realidad sanitaria de un país ha mantenido una tendencia clara al descenso, lo mismo que la razón de mortalidad materna. El acceso a medicamentos esenciales gratuitos por el programa Remediar en todos los centros de atención primaria del país (8000), el acceso gratuito al calendario de vacunas más completo de Latinoamérica para toda la población, el acceso gratuito a medicamentos para los afiliados del PAMI, y el acceso subsidiado a la medicación en los afiliados a las OOSS, son ejemplo de esto.
EL sistema de donación y trasplante liderado por el INCUCAI es ejemplo en la región, tanto en la cantidad de donantes por millón de habitantes, como en la cantidad de programas de trasplantes muy superior al resto de los países latinoamericanos.
El sistema, si es verdad, requiere reformas estructurales, la seguridad social no puede sustentarse solo en aportes y contribuciones y requiere aportes extras del tesoro nacional para la cobertura de la discapacidad y el muy alto precio, la incorporación de tecnología y medicamentos al sistema requiere de una agencia de evaluación sanitaria y fijación de precios. Los sistemas de salud provinciales han desarrollado efectores sanitarios de alta complejidad y buenos resultados. La pandemia permitió la duplicación de las camas de terapia intensiva.
Necesitamos invertir más en recursos humanos, en grado, con carreras más cortas con titulación intermedia y en posgrados con residencias bien pagadas y con derechos laborales.
Nos debemos un plan de recursos humanos en salud a 10 años, ese plan no será posible desfinanciando a nuestras universidades.
El sistema de salud no ha colapsado, no lo hizo en la pandemia y no lo hizo aún.
“Tal es así que, durante la pandemia, si los argentinos hubiéramos hecho las cosas como la media del país del mundo, hubiéramos tenido 30 mil muertos, pero gracias al estado te cuida y su ineficiencia, 130 mil argentinos perdieron la vida” (Javier Milei)
Para empezar sobre la pandemia y sus resultados Argentina tuvo resultados comparables incluso muchas veces mejores a países similares.
Los 130.000 fallecidos representan en 46 millones de habitantes una tasa de 2826 muertos por millón de habitantes. Es importante relacionarlo a la cantidad de población para entender la magnitud y poder comparar entre países. Inglaterra tuvo 3426 muertos por millón de habitantes, EEUU 3364 muertos por millón de habitantes, Brasil 3272, Chile 3142, Paraguay 2947, Uruguay 2230. Como verán los números Argentinos son “competitivos” por decirlo de alguna manera.
Otro tema que es importante destacar es que no todos los países declararon los muertos por Covid19 con la misma precisión. Es por eso que se ha usado un método de comparación mas grosero, aunque menos especifico denominado, “exceso de mortalidad”. Este método lo que hace es comparar la mortalidad total de un país en los años pandémicos con respecto a los años prepandémicos y se considera que la cantidad mayor de muertos son todos por Covid19. Después se compara la diferencia entre este número y el declarado por los países. A mayor diferencia se supone mayor subregistro. Argentina se ha mantenido con valores muy bajos de diferencia entre fallecidos por Covid19 declarados y el exceso de mortalidad por lo que nuestros números son confiables.
Si los muertos por Covid19 de la Argentina hubieran sido 30000, nuestra tasa seria 652 muertos por millón de habitantes, números que solo tuvieron países como Nueva Zelanda, pero siendo insulares y con una cuarentena estrictísima de casi 2 años. Es decir una cifra absolutamente “descabellada”.
“Solo el 16% de nuestras rutas se encuentra asfaltadas y solo el 11% se encuentra en buen estado, por eso no es casualidad que mueran cerca de 15 mil argentinos por accidentes de tránsito” (Javier Milei).
Otro tema que tocó en forma tangencial fue la siniestralidad vial (ya no se dice accidente de tránsito, aunque eso podríamos perdonarle). El año 2022 presentó una cifra oficial de 3415 siniestros viales, y 3828 fallecidos, nótese que hay siniestros que generan más de un fallecido. En la serie histórica desde 2008 a la fecha nunca los siniestros y los fallecidos alcanzaron la cifra que el presidente refirió. Es un grave problema de salud pública y es verdad que nuestras rutas no están en las condiciones que deberían pero los números son incorrectos.
- Nota de opinión del diputado nacional Pablo Yedlin